Hace ya más de 7 años abrí mi primera cuenta de Gmail, era entonces la época de la web gratis, de las guerras para lograr tráfico a punta de vallas y como consecuencia de la popularidad de la marca, antes que Google demostrara que justo lo contrario era la fórmula del éxito: lograr popularidad a consecuencia del enorme tráfico, de la ubicuidad, de volverse tan indispensable que el tráfico es la única consecuencia posible.
Era la época del pleno auge de Yahoo! como “directorio”, en el que tenías que pagar $200 sólo para aparecer en los resultados. Los portales “horizontales” como Starmedia y Terra dominaban el mercado publicitario, donde el rey del email era Hotmail -a quien por cierto Gmail acaba de superar en cantidad de usuarios esta semana-, y Windows Messenger estaba aún por ver sus mejores tiempos, que hoy ya han pasado.

Al hacer este ejercicio retrospectivo se hace evidente que la dinámica de los cambios en nuestro presente tecnificado es multi-facética, indetenible, polimorfa y multinivel. Los modelos de negocio han sufrido vuelcos y revuelcos y la capacidad de anticiparse a los cambios y mantenerse del lado exitoso de la fórmula es actualmente arte o suerte. Reinventarse o morir es la consigna, aunque no es suficiente. Hay que reinventarse BIEN o morir.
Una estrategia para los menos innovadores es seguir las tendencias exitosas que definen los líderes del mercado. Sin embargo, continúa siendo un problema determinar si estamos llegando a tiempo, o muy tarde a implementar esa tendencia exitosa, saber si vamos cuando los lideres ya vienen, si hacemos zigzag a la derecha cuando los líderes ya decidieron que es mejor… ¡empezar a bajar en espiral hacia la izquierda!
Cada día es más complejo acertar, hay más en juego y el panorama cada vez se vuelve más complejo.
Yo percibo que los esfuerzos para evitar el SID, deben dedicarse a mantenerse vigilante de las tendencias de nuestros mercados, afianzar nuestras fortalezas, mantener el foco en las actividades que prometen mayores oportunidades y no demorar en actuar en consecuencia.